Medusas del Mediterráneo

Medusas del Mediterráneo

Playa, sol que deja la piel bronceada, siluetas esbeltas luciendo sus bañadores, diversiones, relax, pero ¡cuidado! a la hora de disfrutar del agua debemos estar atentos a la presencia de las Medusas.

Sí, esos organismos gelatinosos del plancton marino, los cuales han proliferado en los últimos años en la totalidad del Mediterráneo, porque según expertos debido a la excesiva pesca y que pueden si rozan nuestra piel arruinarnos la placentera etapa estival, debido a los daños causados, dependiendo de cuál es la especie responsable de la picadura, su gravedad será diferente.

Expertos evalúan que su aumento en los últimos tiempos tiene que ver con la disminución de depredadores, como peces y tortugas, y al calentamiento y contaminación de las aguas, especialmente por fertilizantes.

Medusa noctiluca

Medusa luminescente

Durante la primavera y el verano, esta especie llega a la costa arrastrada por las corrientes marinas. Observándola podemos ver su cuerpo en forma de seta, o también parecido a un clavel. Si desconocemos los daños que puede ocasionar, podemos tener la tentación de tocarla, sobre todo los críos, ya que llama la atención con su color transparente, con tonos rosado-violáceos en los tentáculos, y la superficie recubierta de verrugas, manchada de amarillo rojizo.

Cuenta con un diámetro de unos 10 centímetros, produce bioluminiscencia, y según los expertos es la más frecuente en el Mediterráneo.

Su picadura es moderadamente grave, tal como si fuera una dolorosa quemadura, con presencia de ampollas y/o úlceras. Dentro de las especies más frecuentes de medusas en España, es de las más peligrosas.

La irritación en la epidermis se alivia con sulfato de magnesio, en una solución de cloruro sódico, cuya proporción sea de 3,5 gramos/mil mililitros. Pero siempre es conveniente consultar a un médico que indique el tratamiento a seguir.

Imagenes de la carabela portuguesa

Carabela portuguesa

En esta temporada estival igual los bañistas deben estar prevenidos y evitar contacto con la llamada Carabela portuguesa, considerada por los estudiosos del tema como la especie más peligrosa que podemos encontrar en las costas españolas

Este potencial enemigo de los bañistas tiene una forma tan sugerente (estructura violácea a modo de flotador, rellena de gas, y coronada por una cresta o vela que le ayuda a desplazarse con el viento) que hasta el más precavido puede sentirse atraído.

Debe su nombre común de Carabela portuguesa, aunque el científico es Physalia Physalis, precisamente a su estructura, y los expertos señalan que no es una verdadera medusa, sino un hidrozoo del grupo de los sinóforos formado por una colonia de pólipos

Algunos la conocen como botella azul o falsa medusa. Su tamaño oscila entre los 15 y 30 centímetros cuadrados, pero los tentáculos son muy largos y cuentan con cápsulas urticantes denominadas cnidocitos, capaces de paralizar a un pez grande y afectar a las personas.

Según la bibliografía, en el ser humano puede tener consecuencias neurotóxicas, citotóxicas y cardiotóxicas, produciendo un dolor muy intenso, e incluso se han registrado casos de muerte.

Fotos de la medusa huevo frito

Medusa huevo frito

Aunque su umbrela es aplanada, de tonalidad marrón amarillento, cuenta con una protuberancia pardo anaranjada en el centro que tal parece la figura de un huevo frito esta medusa, igualmente peligrosa en esta etapa estival, cuando los vacacionistas deben estar atentos ante la presencia de tales organismos del plancton marino.

Es muy común en el Mediterráneo, especialmente en el Mar Menor (Murcia) donde es una auténtica plaga. Alcanza hasta los 35 centímetros de diámetro y los efectos de su picadura son muy leves, no pasando de un leve picor e irritación de la piel. Tiene ocho brazos alrededor de la boca, con muchos apéndices en los que se forman verrugas de color azul violáceo.

Siempre es recomendable acudir ante personal de salud, aunque igualmente se indica para desactivar las células urticantes una solución saturada de sulfato magnésico en una solución de sal común en una proporción de 3.5 gramos por 100 mililitros o una solución acuosa concentrada 1:1 de bicarbonato sódico.

Medusa aguamar

Medusa aguamar

La medusa aguamar tiene tonalidades amarillo brillante, blanquecino, con 16 bandas pardas en forma de “V” invertida, que salen del centro de la umbrela, donde existe un círculo apical de igual tono.

Su umbrela aplanada, da la impresión de un plato. Esta especie de medusa llega a alcanzar hasta 30 centímetros de diámetro. Su cuerpo es invertebrado, dando la impresión de una gran ligereza en cuanto a su peso.

Habita desde Noruega, hasta el oeste de África, incluido el Mediterráneo, y su picadura suele ser leve, no obstante igual resulta molesta para el ser humano. De ahí que los bañistas deban evitar su contacto, por las molestias que ocasiona en la piel.

Medusa aguamala

Medusa aguamala

Puede que en este verano avistes en la playa medusas de diversos tipos, como la llamada Aguamala, de un color blanco con rebordes azules violáceos, que se encuentra tanto en el mar Mediterráneo como en el océano Atlántico.

Es considerablemente grande, de hasta 100 centímetros de longitud, porque es en realidad una suma de organismos, una colonia de zooides en la que cada individuo ha alcanzado un nivel de especialización tan notable que hace posible la supervivencia colectiva. Su amalgama es tal, que cada uno de estos simplemente no podría vivir por sí mismo. 

Aparece desde el sur de Noruega hasta el Mediterráneo y tiene una umbrela en forma de cúpula y el borde está dividido en 96 lóbulos pequeños, de tonalidad regularmente azul violácea.

Produce picaduras muy dolorosas. Si lleva a sus hijos a la playa y ve a simple vista las aguamalas, o hay letreros de advertencia, retírese y no los deje bañarse. Si ya está adentro y logra verlas, procure no tocarlas ni que lo toquen y, por supuesto, salga inmediatamente del agua.

Medusa luna

Medusa luna

Las medusas luna son translúcidas, tienen control limitado sobre su movimiento, prefiriendo ir a la deriva la mayor parte del tiempo, no obstante algunas son muy activas y su estructura interna llamada esqueleto hidrostático, les ayuda a moverse horizontalmente por contracciones corporales y pulsaciones.

Se les nombra como medusa común o medusa platillo e integra el grupo de 10 que se reconocen por los expertos como Aurelia.

Prefiere las aguas frías, pero igual se adaptan a las calientes y poseen una umbrela aplanada, de hasta 12 centímetros de diámetro, debajo de la que hay cuatro brazos orales cortitos y numerosos tentáculos que rodean su borde.

Cuenta con células urticantes especializadas llamadas cnidocitos, que utilizan para capturar a sus presas y produce una toxina que pica al contacto con la piel humana. 

Prevenir para no tener que lamentar

En esta etapa estival bien vale enseñar a los críos y en general a amigos y familiares la necesidad de estar atentos en la playa ante la presencia de las medusas.

Porque en realidad, son criaturas marinas de una belleza misteriosa, de un deambular sigiloso en las aguas marinas desde hace 500 millones de años, de ahí que quien no sepa los inconvenientes que provoca su contacto con la piel de las personas, tienda a tocarlas.

Estudiosos del tema señalan que ellas no buscan intencionalmente al ser humano, sin embargo si lo tocan y pican pueden provocar daños a la piel, dependiendo del tipo de variedad de esta especie del plancton marino, su gravedad puede ser mayor o menor.

Por eso te sugerimos documentarte bien sobre este tema, ver sus imágenes, comentarlo con familiares y amigos, para que cuando disfruten sus vacaciones en la playa, no sufran ningún tipo de contratiempo por esta causa.

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